Un estudio reciente revela que los bebés que miran fijamente objetos aparentemente «mágicos» son comparativamente más curiosos. Parece que los juguetes y trucos mágicos pueden estar relacionados con la capacidad de resolver problemas. Esta forma de jugar en una etapa temprana de la vida puede desarrollar las habilidades de aprendizaje más adelante.
Unos investigadores de la Universidad Johns Hopkins llevaron a cabo un estudio en el que descubrieron que los que miran atentamente esas ilusiones mágicas son más propensos a intentar descifrarlas. Los bebés curiosos siguieron siendo curiosos cuando se hicieron mayores. Se supone que esto puede ayudar a aquellos a obtener mejores capacidades cognitivas a una edad más avanzada.
Los investigadores dispusieron de 65 bebés para observarlos a los 11 meses de edad. A continuación, también observaron a los mismos bebés a los 17 meses de edad. Los investigadores también hicieron un seguimiento de los participantes cuando cumplieron 3 años.
El autor principal del estudio, Pérez, dijo: «[El hecho de que esto sea] observable incluso antes de que aprendan a caminar o a hablar es bastante sorprendente y emocionante».
Pérez también dijo: «Los investigadores como nosotros llevamos muchos años tratando de entender cómo piensan los bebés. Y para ello, a menudo medimos el tiempo que los bebés miran diferentes tipos de eventos».
Y continuó: «En general, sabemos que los bebés tienden a mirar durante más tiempo algunas cosas que otras; por ejemplo, se quedarán mirando fijamente cuando un objeto parezca flotar en el aire, o aparezca mágicamente de la nada.»
Luego concluyó: «Pero los bebés individuales difieren entre sí. Algunos se quedan mirando mucho tiempo a este tipo de acontecimientos desconcertantes… otros echan un vistazo rápido y pierden el interés. ¿Por qué? Queríamos saber si estas diferencias entre los bebés eran significativas o sólo reflejaban fluctuaciones aleatorias en el estado de ánimo de los bebés.»
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